Estuvimos 4 parejas con nuestros hijos pequeños,8 en total, a comienzos de noviembre pasado en esta maravillosa casa rural. Hemos estado en muchas casas rurales antes, pero esta nos ha cautivado por su cuidado detalle, su confort, sus espacios, y por el trato cálido y cercano que dispensan sus dueños, Pedro y Edurne, resultando la estancia sumamente grata y acogedora.
Todas las habitaciones cuentan con su respectivo baño, personalizadas cada una de ellas con su propio nombre a la entrada, los detalles cuidados al máximo, la limpieza absoluta y la comodidad de las camas hacen que el descanso sea reconfortante. No tiene precio dormir en la planta abuhardillada con todas las vigas de madera a la vista, indescriptible!!
Dos salones diferentes con TV-DVD y equipados con sofas perfectamente acondicionados, hacen que la estancia resulte inmejorable y que por un lado puedan estar los peques, y en el otro los mayores estar tranquilamente. El salón principal cuenta con chimenea de leña (un placer comer al abrigo de la llama de la chimenea), y una mesa grande para comer todos juntos. Si el salón es espacioso, todavía gana más cuando desde el mismo se accede a una impresionante terraza cubierta equipada con mesas y sillas.
La casa se completa con la sala de juegos...ó mejor dicho SUPERSALA, enorme, con mesa de ping-pong, billar, futbolín, un aseo y un frigorífico para las bebidas (más de una y dos copas tomamos tranquilamente sobre las barricas que hay en la sala), un espacio que conserva los pesebres de lo que fue la antigua vaquería de la casa.
El jardín de fuera con sus mesas de pic-nic y barbacoa no lo pudimos utilizar ya que el tiempo resultó lluvioso, pero invitaba sin duda a estar cuando llegue el buen tiempo.
Si quereis socializar un poco, no dejéis de ir a la posada, centro de reunión del pueblo, y donde podréis comer buenos pinchos eb un ambiente relajado. Para los futboleros, tenéis en el bar todos los partidos del fin de semana.
Un Fin de semana de primera!!!!