Maravillosos 4 dias con mi familia, llegamos el Sabado con todo nevado, Maria nos estaba esperando con la chimenea encendida y una sonrrisa mas calida que el fuego de esta, nos obsequio con unos productos tipicos y nos transmitio toda la fuerza del mundo para que la estancia fuera increible, que mas se puede pedir?, pues un entorno con unas vistas y unos parajes estupendos, hicimos un muñeco de nieve, nos tiramos con el trineo por la calleja que baja a la hermita, dimos de comer a los burros, a las cabras, a las gallinas, y despues nos refujiamos en La Rasa, al calor de la chimenea.
A la casa no le falta detalle, todo limpio, funcional, estupendo, hemos quedado encantados de nuestra estancia, pero sobre todo resaltar una vez mas a Maria, la propietaria, atenta, simpatica, profesional, un lujo.
Que mas se puede pedir?